La enfermedad de colon irritable es una dolencia bastante incómoda para quien la padece.
Se caracteriza principalmente por dolor abdominal y cambios en el tránsito intestinal.
Puede cursarse tan pronto con diarreas como con estreñimiento sin causas aparentes.
El nombre oficial de este trastorno es Síndrome del Intestino Irritable (SII).
Causas del Intestino Irritable
Como hemos mencionado, no tiene causas fijas que lo desencadenen.
Lo que sí se sabe con certeza es que el factor psicológico tiene un papel muy importante tanto en la aparición como en el desarrollo de la enfermedad.
Debes empezar a aprender a gestionar los estados de estrés, ansiedad o nerviosismo para poder tener mejor controlado el problema.
El paciente diagnosticado de síndrome de intestino irritable lo sufrirá de manera crónica, con recaídas más o menos pronunciadas.
Puede durar unos días o semanas con los síntomas más acentuados y después irá mejorando.
Los síntomas y dolencias de esta enfermedad pueden variar mucho de una persona a otra.
Al no tener claro los motivos que la originan, no puede indicarse un tratamiento para evitarla.
El médico llega a su diagnostico a través de una historia clínica minuciosa, con pruebas como ecografías, análisis completos, muestras de heces y colonoscopia.
Hay otras complicaciones que pueden hacerte más propenso a padecer síndrome de intestino irritable como gastroenteritis continuas, intolerancias alimentarias, disposición genética y problemas hormonales.
Afecta más a mujeres que a hombres, y aunque puede darse en cualquier edad, suele aparecer en la adolescencia o edad adulta joven.
Síntomas del colon irritable
Hemos comenzado este artículo destacando la característica principal del colon irritable, el dolor abdominal.
Éste síntoma es el más acentuado. Puede empeorar con la ingesta de ciertos alimentos. Y suele remitir después de evacuar.
Otro síntoma acompañando al dolor por el que los pacientes suelen acudir al médico es por el cambio en las deposiciones.
Sin motivo aparente puede variar tanto en diarreas o en estreñimiento, pueden ser combinados o por separado.
Puede quedar una sensación de evacuación incompleta después de haber ido al baño.
También es normal la presencia de mocos en las heces.
Cambios en general en las defecaciones, tanto en frecuencia como en forma, así como dolorosas.
Otros síntomas son hinchazón abdominal, gases, nauseas y sensación de saciedad precoz.
Dieta para el síndrome de intestino irritable
No hay una dieta específica para esta patología, debes ir tanteando cuales son los alimentos que te sientan mejor y cuales los que peor. Dependerá de cada persona y situación.
Aún así, hay algunos consejos o pautas que puedes tener en cuenta para una mejora de los síntomas.
Alimentos a evitar
- Tendrás que evitar los alimentos muy grasientos
- No hagas comidas muy copiosas.
- Cuidado con los alimentos flatulentos, como pueden ser verduras del tipo coles, coliflor, brócoli y legumbres
- Evita el consumo de lácteos, quesos y helados.
- Elimina de tu dieta la fructosa y el sorbitol. Como por ejemplo las bebidas azucaradas y gaseosas. Así como los dulces o bollos.
- Los excitantes y estimulantes como el té, café o especias no te harán ningún bien frente al SII
- Alcohol y tabaco eliminados por completo.
- No es necesario eliminar el gluten de la dieta, pero algunos pacientes presentan mejoría al restringirlo. Deberá ser según tolerancia.
- Cuidado con los frutos secos.
- Evitar los zumos azucarados o néctares.
Consejos dietéticos
- La dieta debe ser rica en alimentos proteicos como carne, pescado.
- Lleva una alimentación rica en fibra, ya sea estreñimiento o diarrea como se te manifieste el síndrome, una dieta rica en fibra ayudará a la formación correcta del bolo fecal. Incluye frutas y verduras con piel (según tolerancia) así como salvado de avena o trigo por ejemplo. Consume más alimentos ricos en fibra soluble, moderando los alimentos ricos en fibra insoluble procedente de los alimentos integrales.
- Come de manera más frecuente.
- Mastica bien cada bocado. Tómate tu tiempo para comer.
- Tienes que asegurarte un consumo entre 1,5 litro y 2 litros de agua diarios.
- No puedes olvidarte de la actividad física.
Como hemos mencionado, un factor muy importante es el psicológico. Realizar ejercicios relajantes te vendrá muy bien.
También se ha comprobado que prácticas como la acupuntura o hipnosis pueden beneficiarte.
Si necesitas una dieta adaptada para el colon irritable contacta con nostros y te asignaremos tu propio dietista-nutricionista.
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